Álex Lachhein trae a ‘Cuarto Milenio’ una verdad de la que se ha hablado poco. Las plantas pueden comunicarse con sus congéneres a varios metros de distancia con un lenguaje propio y son capaces emitir sonidos. Esto mismo ha afirmado un estudio de la Universidad de Israel, Itzhak Khait es un investigador y director del ensayo que ha detectado frecuencias ultrasónicas en diversas plantas.
Stefano Mancurso es el máximo responsable del Instituto de Neurobiología Vegetal y ha respaldado la teoría de que las plantas tienen la misma inteligencia que los animales, tienen sentimientos y además, pueden sentir dolor. Muchos se preguntarán cómo es posible esto si no hay un sistema nervioso que lo avale científicamente, pues bien, las células de la planta transportan electricidad por lo que el vegetal en sí se concibe como un cerebro.
Cleve Backster conectó una planta a un polígrafo para comprobar la percepción primaria y descubrió que la curva que emitía es similar a la de una persona que se pone nerviosa. Los trabajos de los investigadores han abierto un debate que gira en torno a lo moral, si se demuestra con absoluta veracidad que las plantas poseen sentimientos, ¿hasta qué punto será plausible consumirlas?