Dolores Redondo se ha sumergido en el legado mitológico de Nueva Orleans, vinculado al vudú. Esta ciudad es ejemplo vivo del lugar con creencias ancestrales más sumido en el infierno. El huracán Katrina provocó que la mayor parte de la ciudad quedase completamente anegada, manteniéndose así durante semanas. Los días posteriores fueron catastróficos: completamente olvidados por el gobierno y la administración, la población quedó atrapada en sus propias casas llegando a morir ahogados, por la escasez y por las consecuencias directas del desastre.
Tras su viaje, Dolores ha encontrado enorme similitudes entre la mitología tradicional vasco-navarra y los seres mágicos de los pantanos de Luisiana. Además, la zombificación es una de las claves con las que Dolores se topó en su investigación. Asegura que hay muchos lugares en los que se pueden comprar objetos para hacer vudú pero también existen tiendas ilegales donde adquirir materiales menos comunes como huesos o cabello humano.
La escritora ha querido recalcar que el vudú es una religión en la que todo el mundo es un médium que se puede comunicar con espíritus. Afirma que creen en entidades espirituales malignas y benignas que se invocan en función de lo que se quiera conseguir de ellas. En el caos de Katrina, la población de Nueva Orleans creyó que Samedi, el espíritu de la destrucción, el mal y la muerte estaba detrás de aquello.