Mar Montoro ha contado las inquietantes presencias que había en su casa cuando era pequeña y de las cuales tanto sus padres como sus dos hermanas y su perra eran testigos. Pero hay algo más. Tenía 9 años cuando cayó enferma y recuerda cómo una presencia cuidaba de ella desde la esquina de su cama: “No se movió de la cama en el mes y medio que estuve enferma. Me hablaba, me decía que comiera”, relata visiblemente emocionada.