Es la primera vez que se habla en televisión de la conocida como tía cabalganta, la historia de una atractiva mujer que, repudiada por los vecinos de su pueblo, se convirtió en una de las asesinas en serie que más han aterrorizado durante años a niños y mayores en las aldeas pacenses.
A las afueras de Táliga, en Badajoz, existen aún hoy las ruinas de lo que fue un molino al lado de un pequeño arroyo que se conoce como el molino de la tía cabalganta. Según cuenta la leyenda, esta mujer era un joven muy atractiva del pueblo de Táliga que en unas fiestas patronales conoció a un forastero que le prometió matrimonio. Tras entregarse a él, el forastero desapareció del lugar dejándola marcada de por vida.
En el pueblo comenzaron a hacerle el vacío por la deshonra sufrida y la joven terminó, en vista de la hostilidad de sus vecinos, apartándose de allí y yéndose a vivir a este molino junto al arroyo.
Cuentan los testimonios de la época que la tía cabalganta convirtió el molino en una especie de posada donde los ganaderos que viajaban hasta Táliga comían y pernoctaban. Según cuentan, mientras estos viajeros dormían, ella los degollaba con un cuchillo y los enterraba en la huerta que había al lado del molino.
Al parecer, en este huerto habría llegado a haber 15 cadáveres enterrados, todos ellos de hombres, todos ellos de viajeros que la tía cabalganta, la mujer estigmatizada por su propia desgracia, habría degollado en la oscuridad de la noche.