El oscuro crimen del crucifijo que nunca fue investigado: así fue el atroz asesinato del ateo Cristobal Alarcón
El sacerdote que le practicó a Cristobal la extremaunción le dijo a su esposa que el demonio le había arrancado los ojos
El forense que analizó el cadáver aseguró que los ojos de Cristobal habían sido extraídos con un objeto punzante
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Un oscuro crimen conmocionó Málaga la noche del 20 de abril de 1885 y aún hoy, varias décadas después, sigue muy presente entre los malagueños de varias generaciones. Es la historia de Cristobal Alarcón, un joven de 35 años afectado de tuberculosis que acabó muriendo de la peor de las maneras.
Cuando Cristobal estaba realmente enfermo y no había esperanza para él su mujer decidió llamar al sacerdote Francisco Vega para que le diese la extremaunción.
Cristobal Alarcón no era creyente y recibir el sacramento por parte de un sacerdote no iba a ser tarea fácil: “La esposa de Cristobal desde fuera de la habitación escuchó la discusión que se estaba produciendo entre su marido y el cura (…) Acto seguido el sacerdote salió de la habitación y le explicó a la mujer que necesitaba ayuda para hacerse con el enfermo”.
Al cabo de un rato Francisco regresó en compañía de dos sacerdotes y se encerraron con Cristobal en la habitación: “Los gritos de Cristobal eran tremendos pero de repente se hizo el silencio más absoluto (...) Instantes después los tres hombres salen de la habitación y le comunican a la mujer que Cristobal ha fallecido, que estaba endemoniado y que el demonio le había sacado los ojos”.
Pese a las pruebas del médico forense que aseguraba que los ojos de Cristobal habían sido extraídos con un objeto punzante, no se realizó investigación alguna y el crimen de este malagueño ateo quedó sin justicia: “Le enterraron sin féretro, directamente en la tierra, a merced de las alimañas”.