Existen oficios que estaban vinculados al ser errante, en una España donde viajar no era tan fácil. Los traperos, trabajadores del paño, se desplazaban por su trabajo y algunos de ellos, por esta condición de viajero, lo aprovechaban para hacer el mal. Otros, como es el caso del trapero de la Sierra de Tornavacas (Cáceres), todo lo contrario: hicieron el mal contra él. Conocemos su historia.
Este suceso tuvo que ser rescatado para ser contado, pues muchos vecinos del pueblo lo ocultaban por miedo o vergüenza, pero forma parte de la historia popular. Viajamos hasta finales del siglo XVIII. El trapero se dirigía hacia su tierra, cruzando Tornavacas, vendiendo sus últimos paños.
Entró en una casa para realizar las ventas pero la familia lo asesinó. Ocultaron el crimen y se deshicieron del cuerpo. Respecto a esto hay varias versiones: fue emparedado, oculto en la bodega y enterrado en un pequeño huerto de a casa. Tras esto, comenzaron a ocurrir fenómenos extraños en el pueblo y, especialmente, en la casa.
La familia veía sombras, apariciones, los objetos se movían… tuvieron que abandonar la casa, pero la maldición se quedó a vivir en ella. El trapero seguía apareciéndose ante los nuevos inquilinos: “Es un alma en pena que pide venganza o justicia”.
Viajamos hasta la casa para realizar una serie de grabaciones, fotografías y pruebas psicofónicas. Captamos sonidos extraños (“como muebles arrastrándose”), golpes, rozadura de ropas, un frigorífico que se pone en marcha, voces… El equipo del programa advierte que las grabadoras recogieron unos violentos golpes para los que, a día de hoy, no encuentran explicación.