Iker Jiménez reflexiona en su cierre sobre las historias humanas y atemporales que dejan con los sentimientos a flor de piel. Una de estas historias llega hasta Iker y el programa a través de un mail y pide permiso para poder revelarla. El espectador había sufrido un percance amoroso, dio un paseo y un niño con autismo fue a abrazarle nada más verlo. Al poco tiempo le vuelve a ocurrir lo mismo en el comedor de la Universidad. ¿Qué estaban detectando esas personas en nuestro espectador para ir a abrazarle nada más verle?