El cierre de Iker Jiménez ha recalcado la importancia de preservar el lado espiritual de la vida para contrarrestar el peso de la “mercantilización del ser humano”. Con esta afirmación, el presentador pone en la mesa una posible conspiración mental global utilizada para cosificar al individuo a base de lo material y así distraerlo de lo verdaderamente importante, el mundo espiritual.
Iker Jiménez afirma que vivimos en una época donde lo material es prioritario: “Estamos en la órbita donde todo es material y se ha perdido lo espiritual”. Además, el periodista ha elogiado a la audiencia milenaria: “El público milenario es educado y señorial, la mejor audiencia de todos los tiempos”.