La invasión de Ucrania por parte de las tropas de Putin está dejando cientos y miles de imágenes. Nunca antes habíamos seguido tan de cerca y con tanto detalle un conflicto bélico en nuestras pantallas. Desde Europa podemos casi ver la guerra al minuto, al segundo, y eso es algo que tiene un arma de doble filo.
En este último ‘Cierre’, Iker Jiménez ha querido poner el foco en las imágenes que nuestro cerebro se está acostumbrando a ver: personas muriendo, heridas, edificios derribados por un misil… Pero si ha habido una imagen durante lo que va de conflicto que ha llegado a impresionar a Iker Jiménez esa es la de una madre ucraniana llorando el cadáver de su bebé: “Yo le he dicho a mi equipo que no pongamos esa imagen en mis programas, es dramático, es innecesario, eso clama contra la naturaleza humana”.
Para Iker, la saturación de imágenes de este tipo puede llevar a anestesiar nuestra mente y nuestra conciencia, pero como periodista tampoco quiere negar la importancia de mostrar lo que ocurre. Una dicotomía realmente complicada.