Gracias al ufólogo portugués, Luis Aparicio, hemos conocido una inquietante experiencia que ocurrió en las inmediaciones del acueducto de aguas libres de Lisboa, donde Diego Alves cometió sus atroces crímenes. Cuando se encontraba conduciendo en su coche, a su paso por debajo del acueducto, notó como una extraña fuerza giraba el automóvil. No fue lo único, un estruendo golpe se materializó dejando una abolladura en la carrocería. ¿Casualidad?