Carmen Mola no es la primera: otros libros que se publicaron bajo una identidad ficticia
Juan Soto Ivars trae a ‘Cuarto milenio’ la historia de Sergi Puertas, el hombre que tuvo que hacerse pasar por una chica joven de 25 años para poder publicar su novela
Tras el premio Planeta se ha puesto de manifiesto la nueva corriente que existe en la literatura española: hombres que “se disfrazan” de mujeres en sus obras
Una semana más, Ivars analiza la historia de los considerados como “libros malditos”
Carmen Mola se ha convertido en el centro de muchos comentarios y debates. La supuesta escritora de novela negra se hacía conocida con el éxito de su trilogía hace algunos años, pero ha sido ahora, al ganar el célebre premio Planeta, cuando se ha hecho tremendamente famosa.
Tras la desconocida y exitosa Carmen Mola no se escondían si no tres hombres, tres escritores que, bajo el pseudónimo de Carmen Mola, publicaron cuatro libros de enorme trayectoria, el último de ellos, ganador del premio ‘Planeta’.
Juan Soto Ivars, nuestro bibliotecario experto, llega hasta la nave del misterio para analizar la última corriente que se ha puesto de moda en la literatura española y que no es otra que la de firmar bajo nombres femeninos falsos por parte de hombres.
Tal y como Ivars ha explicado, atravesamos un momento en el que, al contrario de lo que ocurría décadas atrás, ahora son los hombres los que deben falsear su identidad para conseguir que sus obras sean publicadas.
Ivars trae a ‘Cuarto milenio’ la historia de Sergi Puertas y su libro ‘Estabulario’. Puertas estuvo diez años enviando sus libros a multitud de editoriales sin respuesta alguna. Con su cuarto libro, ‘Estabulario’, tuvo la idea de cambiar su identidad, decidió dejar de ser para las editoriales un hombre canoso de 50 años para convertirse en Irene, una joven de 25 años.
Nada más enviar su libro bajo la identidad de la joven Irene, la novela tuvo una gran acogida por parte de distintas editoriales llegando incluso a firmar acuerdo con una de ellas para su publicación: “El momento complicado llegó cuando Sergi Puertas tuvo que ir a firmar el contrato con la editorial y descubrieron que en realidad era un hombre canoso…”.