La historia de Nefer se remonta a 1895. En aquel año, un médico danés visitó El Cairo con el objetivo de curar niños con enfermedades oculares. A modo de agradecimiento el gobierno egipcio le obsequió con dos momias, pero él decidió llevarse a casa solo las cabezas. Tiempo después, las cabezas pasaron a formar parte de un museo y, desde entonces, suceden cosas raras.
Hay personas que aseguran que al ver la cabeza de la momia Nefer han tenido visiones y oleadas de sensaciones y recuerdos que se materializaban poco a poco. Además, otros testigos confiesan haber sentido miedo, pavor, pánico y han llegado a soñar que la terrorífica momia les persigue. La presencia y el malestar se sienten en la sala que alberga la cabeza pero, al salir de ella, esas sensaciones desaparecen por completo.
Algunos miembros de la colección también han compartido las historias paranormales que han vivido en primera persona: se fundieron las luces de la sala y solo quedó encendida la de la momia, han encontrado el paño que la cubre en el suelo en varias ocasiones e, incluso, ruidos y golpes.
Clara Tahoces se ha sometido a un aislamiento para conocer qué sucede realmente con la cabeza de Nefer. Alrededor de la urna de la momia se han conseguido detectar frecuencias repetitivas de infrasonidos que el oído humano no es capaz de detectar y que pueden provocar estados de ansiedad, tristeza y temblores. Pero la grabadora de Clara también reveló sonidos que han dejado a Iker Jiménez con la boca abierta: las psicofonías han recogido una serie de sonidos y voces inexplicables.