La existencia de bebedoras de sangre en Madrid colmaba las portadas y los reportajes de investigación de los periódicos. Una de las zonas frecuentadas para adquirir la sangre de animales recién sacrificados de toro o vaca era la parte sur del conocido Matadero de Madrid. En esta zona, las comitivas "vampíricas" acudían a las misteriosas tabernas donde se adquiría el producto, en su mayoría mujeres, tuberculosos y con carencia de hierro.
Esa realidad misteriosa ha llegado a nuestros días. Desde varios países se comercializa con bolsas de sangre animal y humana para su uso, ajenas al control de seguridad sanitaria y con fácil distribución online. Tomás Camacho, el doctor de análisis clínicos, explica la hemocromatosis, la enfermedad por acumulación excesiva de hierro en el organismo que pueden desarrollar los individuos que tienen este hábito de consumo.