Corría octubre del año 1995 y nuestro protagonista se dirigía camino a la sierra con una amiga para pasar unos días en el campo antes de incorporarse a la mili. Una noche de esas, como otra cualquiera, salieron a dar una vuelta en el coche. Pararon a un lado de la carretera y se pusieron a charlar. Todo estaba tranquilo hasta que, de repente, su amiga empieza a tener frío y confiesa que alguien la mira por la ventana lateral. Minutos después, una niña con rostro triste y camisón blanco pasaba saltando frente a ellos y desaparecía en la oscuridad.