Las primeras imágenes muestran los crueles experimentos realizados en animales a mediados del siglo XX. En aquella época comenzaban a desarrollarse los trasplantes y, por ello, Vladímir P. Démijov, un científico ruso, decidió probar hacer trasplantes de cabeza y médula. Así, unió un perro de grandes dimensiones con un cachorro de la calle, quedando el pequeño perfectamente adosado al grande. Como un perro con dos cabezas y adosados de una manera increíble y muy macabra, ambos lograron sobrevivir.
Además, de manera fortuita la naturaleza en ocasiones crea situaciones parecidas. Por ejemplo, nuestro espectador Mario Germanetto ha enviado las impactantes imágenes de un ternero que nació con dos cabezas.