Iker Jiménez confiesa que siempre quiso visitar este lugar de Méjico, aunque desconocía que la pirámide a la que quería ir se encontraba en la Ciudad de los brujos del agua donde se mezcla el misterio con la arqueología.
Hacia el año 1250, es ciudad fue abandonada y nadie sabe por qué. Al llegar allí, Iker se encontró con un silencio impactante: “Es un lugar tan emblemático que, cuando uno se pone frente a él, realmente, congela el alma”.
La emblemática pirámide maya que allí se encuentra se llama Kukulcán, el Dios serpiente que vino desde las alturas, el que diseñó un inicio y fin del mundo, lleno de puzles y sin explorar porque ningún humano ha podido verlo desde que la ciudad fue abandonada.
Se ha descubierto que, en esos muros de piedra, hay algo inesperado: justo debajo se han encontrado los restos de 64 niños de unos siete a ocho años. No se sabe por qué estaban allí o si fueron, en su día, sacrificios a los Dioses.