La escalofriante historia de Lizzie Halliday: la primera asesina en serie de Nueva York considerada "la peor mujer del mundo"

Lizzie Halliday nació en 1859 en Estados Unidos. De origen irlandés, esta joven mujer es la responsable de la muerte de cuatro personas en el Upstate de Nueva York y la última protagonista de 'NY Killers', la sección de Mamen Sala para 'Cuarto milenio'.

En 1889 se convierte en la ama de llaves de Paul Halliday, un granjero viudo de sesenta años que vivía en Burlingham con sus hijos. El matrimonio de los Halliday se vio empañado por lo que Paul describió como "esporádicos instantes de locura" de Lizzie. En mayo de 1891, tan solo tres años después de llegar a la familia, el molino de la granja Halliday ardió por completo, matando al hijo de Halliday, John, un niño con el que Lizzie no se llevaba nada bien.

Paul Halliday desapareció en agosto de aquel mismo año. Lizzie afirmó que Paul había ido a un pueblo cercano a hacer algún trabajo de albañilería. Ante las sospechas de los vecinos de que algo no encajaba en la historia de Lizzie se llevó a cabo un registro en la casa donde el 4 de septiembre los cuerpos de dos mujeres fueron hallados enterrados en el heno del granero.

Las mujeres fueron más tarde identificadas como Margaret y Sarah McQuillan, residentes en Nueva York, la madre y la hija de la familia con la que Lizzie había vivido en su etapa en Filadelfia. Al ser interrogada, Lizzie se comportó de manera errática, desgarrando su ropa y hablando incoherentemente. Finalmente fue detenida y se consideró que simplemente estaba fingiendo estar loca.

Unos días después del hallazgo de las McQuillan, el cadáver de Paul Halliday fue descubierto bajo las tablas del piso de su casa familiar. Paul también había muerto, al igual que las dos mujeres de Filadelfia, a causa de un disparo en la cabeza. Lizzie fue entonces acusada de los asesinatos e ingresada en la prisión del Condado de Sullivan en Monticello. Allí rechazó comer, atacó a la mujer del sheriff, prendió fuego a su propia cama y trató de suicidarse colgándose y cortándose la garganta con un vaso roto.

Lizzie se convirtió en la primera mujer de la historia en ser sentenciada a muerte por silla eléctrica, una pena de la que se libró cuando el gobernador Roswell P. Flower conmutó la pena por ingreso de por vida en una institución mental tras declararla demente. En 1906 Lizzie asesinó a una enfermera, Nellie Wickes, apuñalándola más de 200 veces con un par de tijeras. Halliday finalmente falleció por una enfermedad renal el 28 de junio de 1918. El 'The New York Times' la calificó como "la peor mujer del mundo".