Los perros y los gatos son los fieles compañeros del ser humano, pero ¿en qué se diferencia su cerebro del nuestro? ¿Cómo pueden saber lo que pensamos? ¿Cómo consiguen comprendernos? ¿Qué facultades tienen el cerebro de estos animales? El escáner de sus cerebros nos trae conclusiones increíbles. Para analizarlo, Iker Jiménez cuenta con la presencia del doctor José Alonso Ruiz.
La ciencia abre un campo muy importante para aportar luz a la cuestión de cómo funcionan estos cerebros: “Tienen estructuras muy comunes, aunque a veces están más desarrolladas en unas mascotas que en otras, pero hay patrones muy parecidos que afectan a su sistema emocional. Tienen, a veces, capacidades que son superiores a las nuestras”, detalla el doctor.
Llegamos aquí al tema de la inteligencia especial o emocional, cómo un perro o gato llegan al pensamiento de un humano y cómo conecta y empatizan con él. En el cerebro de los perros, nos encontramos con que el lóbulo frontal del pensamiento lo tienen muy desarrollado y va creciendo. También el de las emociones. Además, el lóbulo pre frontal les permite detectar enfermedades, patologías y antecederse a ellas. Por eso se dice que, en muchas ocasiones, detectan cambios en los humanos.
“Son capaces de oler y de predecir cosas, enfermedades nuestras, incluso la diabetes, la epilepsia, prevenir esas enfermedades o situaciones epilépticas”, detalla el doctor. Esto también está muy presente en el cerebro del gato, pero más desarrollado, ya que pueden predecir terremotos y detectar que el ser humano está enfermo sólo con mirarle a los ojos.
También está aumentando en los perros el lóbulo temporal, que es el de las emociones para saber cómo se encuentra el ser humano o cuáles son sus sentimientos o estado de ánimo. En este sentido, tienen un don especial para tratar con enfermos oncológicos: “Es capaz de conectar con tu visión, cabeza y estructura corporal y dice ‘con mi amo tengo que estar y cuidarle”. El análisis completo, en el vídeo.