‘Cuarto Milenio’ se hace eco de una historia familiar que terminó con el informe del doctor Antonio Moreda Piñero (de la Universidad de Química de Santiago de Compostela) en el cual hacía referencia a ciertos “fragmentos de algo que están dentro del cuerpo humano”. Vemos lo sucedido en una reconstrucción y un reportaje de la mano de Pablo Villarrubia en el que la familia sufre, a lo largo del tiempo, una serie de incidentes y una posible abducción OVNI.
En los años 70, una familia de clase media española vivió una serie de situaciones y fenómenos cuyas posibles repercusiones llegan a nuestros días. Desconciertos, miedos y dudas que se arrastran a lo largo de medio siglo son el reflejo del impacto reflejado por varios encuentros inesperados con lo desconocido.
José María Carrillo Rodríguez, un destacado empresario y arquitecto contó, en exclusiva para ‘Cuarto Milenio’, cómo vivió varias experiencias que comenzaron durante su infancia en Madrid y que se prolongaron hasta su juventud. Todavía hoy busca respuestas para lo sucedido. Este es parte de su inquietante testimonio:
“Mi primer episodio fue en torno al año 76. Estaba durmiendo en mi cuarto, dormía con mi hermano. En un momento determinado de la noche me despierto y observo a los pies de la cama, a la altura de mi cara, otra cara en la cual me quedo perplejo porque observo unos rasgos que no correspondía con lo que yo conocía hasta el momento…
… Eran unos grandes ojos, bastante grandes, no tenía nariz, sólo dos orificios en la cara, y luego una boca muy pequeñita, con media luna, hacia abajo. Mi reacción fue taparme y aguantar todo ese tiempo con el miedo que tenía. Empecé a sudar debajo de las sábanas, pasó un tiempo hasta que decidí mirar de nuevo y ese ser no se había movido, con la mirada fija, sin gesticular”.
Pero esto no fue un caso aislado. José María cuenta que, con unos quince años, comenzó a escuchar una voz ronca en un idioma que desconocía, en mitad de la noche. Confiesa que aguantó hasta que la voz se mitigó. Además, su familia fue testigo de un avistamiento OVNI en plena carretera, en la provincia de Cuenca.
A finales de los 80, José María tuvo lo que muchos investigadores consideran como un caso de abducción. Cuenta que quería despertarse, pero sentía un sueño muy profundo. Se vio en una plaza llena de gente con un platillo volante sobrevolando sobre él. Sintió que fue absorbido, en una camilla y con un ser estudiándole y otro tecleando junto a un ordenador: “Yo era consciente hasta que veo que no me despierto”. Finalmente, consiguió despertarse.
En el 96, al padre de José María le detectaron un objeto metálico en la parte superior del hombro izquierdo durante un estudio radiológico. No le quisieron dar importancia porque no le molestaba. En el 2017, le volvieron a hacer una resonancia y el objeto volvió a aparecer. Se lo extrajeron, tenía el tamaño de un grano de arroz. No recuerdo que se lo hubieran introducido. ¿Fueron padre e hijo víctimas de una abducción? Aún buscan respuestas.
El doctor Miguel Ángel Pertierra y Pablo Villarrubia analizan este caso junto a Iker Jiménez. Los resultados del laboratorio de la analítica realizada a este objeto metálico apuntan a que se trata de un mineral con aspecto metálico, de goethita, que es un óxido de hierro, con propiedades magnéticas débiles. Este elemento se encuentra en distintas minas de España y también en el planeta Marte.
¿Y para qué se usa la goethita? Para decoración, principalmente, pero lo curioso es que se usaba en las cuevas de Lascaux (en Francia) para pintar de rojo las paredes una vez calentado. ¿Y cómo llegó este elemento en el cuerpo de este hombre? No tiene cicatriz de herida y eso es extraño.