Son conocidos como ‘ángeles de la muerte’ a los asesinos en serie que son profesionales de la salud, tales como médicos, auxiliares de enfermería u otros trabajadores del sector sanitario. Su “modus operandi” es utilizar su cercanía con los pacientes para cometer sus crímenes. Y como cabe esperar, son asesinatos que suelen realizarse en entornos hospitalarios o residencias de ancianos, donde las víctimas son vulnerables, enfermas o ancianas.
El hecho de que a estos criminales se les denomine como ‘ángeles de la muerte’ proviene de su condición de “cuidadores”, es decir, todos ellos desarrollan una profesión cuya naturaleza pasa por el cuidado y la cura de las personas enfermas. Si echamos un vistazo al Diccionario de la Real Academia Española, en su tercera acepción de la palabra “ángel” expone lo siguiente: “Persona en quien se suponen las cualidades propias de los espíritus angélicos, es decir, bondad, belleza e inocencia”.
En el caso del personal médico esas cualidades están relacionadas con su capacidad para ofrecer cuidados y sanación a los enfermos. Sin embargo, hay ocasiones en las que esa naturaleza se torna macabra y un médico o un enfermero se convierten en un peligroso asesino en serie.
Aunque cada caso tiene sus propias características y circunstancias, hay algunas características comunes entre este tipo de asesinos:
Detectar a un ‘ángel de la muerte’ puede ser realmente complicado, ya que tiene la opción de utilizar diversos métodos para llevar a cabo sus fechorías sin que nadie se percate de ello. No en vano, disponen de acceso a todo tipo de medicamentos. Esto les permite suministrar dosis letales, alterar los tratamientos médicos críticos o administrar sustancias tóxicas, por poner solo algunos ejemplos.
Por esta razón no solo es complicado detectar que se están produciendo muertes inexplicables, sino que también es difícil detectar el porqué de esos fallecimientos y mucho más saber quién es el culpable.
Desgraciadamente, algunos de estos ‘ángeles de la muerte’ han trascendido de tal forma que sus fechorías se han dado a conocer, demostrando hasta dónde puede llegar la maldad del ser humano. A continuación apuntamos algunos de los nombres que han pasado a la posteridad por la crueldad de sus actos.
Esos son solo algunos ejemplos de lo que algunos asesinos en serie han sido capaces de hacer aprovechando su condición de médicos y enfermeros. Claro que si ha habido un ‘ángel de la muerte’ por antonomasia, ese fue el médico nazi Josef Mengele. Sus propios prisioneros le apodaron de ese modo, aunque en este caso, Mengele no actuaba a espaldas de la ley, sino que el régimen que lideraba Adolf Hitler le permitía realizar escabrosos experimentos en los campos de concentración, especialmente en el de Auschwitz. Mengele elegía a sus “cobayas humanas” para sus comprobaciones “científicas” y estos prisioneros debían enfrentarse a todo tipo de tétricas prácticas que generalmente acababan con su vida. Cuando Alemania perdió la Segunda Guerra Mundial, Mengele consiguió escapar hasta América del Sur.