Javier Pérez Campos regresa a la nave del misterio con su sección 'Immaturi', un espacio para las historias de terror que se han convertido ya en parte del imaginario colectivo. En esta ocasión Javier rescata la espeluznante historia del fantasma de la niña de Sandy Creek.
Nadie quiere pasar la noche en los bosques de Sandy Creek, en el Estado de Nueva York, desde que un horrible accidente tuvo lugar a mediados del siglo XX. Una madre que estaba lavando unas alfombras a orillas del río asesinó a su hija de una forma inesperada y completamente atroz.
En un día indeterminado de 1920, entre esos mismos árboles, se escondía la hija de una lavandera que estaba aclarando unas alfombras a la orilla de un embalse. La mujer golpeaba las alfombras con unas palas para quitarles toda la humedad posible cuando una mancha carmesí empezó a brotar de uno de los tapices. Al desenrollar la alfombra, descubrió horrorizada que lo que había dentro era el cadáver apaleado de su hija. Jugando al escondite la niña había sufrido un fatal desenlace.
Instantes después, la mujer se ahorcó, permaneciendo la sábana con la que lo hizo durante décadas enrollada en el árbol escogido. Desde entonces, muchos han visto a la niña deambulando entre los árboles, perdida, muy cerca del lugar en el que fue enterrada.