Hace algunas semanas, la redacción de 'Cuarto Milenio' recibía un correo electrónico desesperado de una familia por una casa que poseen en la sierra de Madrid en la que ocurren fenómenos inexplicables. Esta familia realizaba una petición de ayuda al programa debido a lo que, según los testigos, parecen sucesos paranormales.
Televisiones que se encienden solas, figuras nebulosas que se forman en el jardín, ataques energéticos u olores nauseabundos sin explicación aparente son algunas de las manifestaciones que han vivido los testigos en esta vivienda y que les tienen completamente aterrados.
Clara Tahoces, Miguel Ángel Pertierra, Luis Uriarte y Aldo Linares se han trasladado hasta la casa para averiguar qué es lo que ocurre en el lugar y para realizar un aislamiento junto a la familia.
"Una mujer de corta estatura, con el pelo corto, que siente cierto apego por un miembro de la familia". Con estas palabras describía el sensitivo Aldo Linares a la figura que percibía entre los muros de la vivienda, una presencia que, aunque no parece amenazante, se niega a abandonar el lugar.
Durante el aislamiento de uno de los miembros de la familia sucede algo que deja con el vello de punta a los miembros del equipo. El móvil de Clara Tahoces, que se encontraba en una de las estancias de la casa, enciende una característica luz de notificación, la que indica que una cara frente a él está pretendiendo el reconocimiento facial: "Ahí no había nadie, estaba el teléfono solo sobre una mesa y se encendió como si alguien pusiera su cara delante".
Para estudiar un caso tan misteriosos como este, el psiquiatra y forense José Cabrera ha colaborado con 'Cuarto milenio' entrevistando a la familia para así averiguar si podría tratarse de autosugestión o alguna intención oculta por parte de ellos:
"No tienen ningún afán de protagonismo o notoriedad, ni siquiera quieren decir el pueblo en el que está situada la casa, ninguno de ellos tiene un problema mental, creen ciegamente lo que nos están contando".