El ilustrador Tomás Hijo, testigo de una aparición espeluznante: "Aparecieron dos piernas que intentaban correr"
El ilustrado Tomás Hijo e Iker Jiménez, grandes amigos desde hace años
Tomás Hijo: “En cuanto me pasó esto pensé en Iker, tenía que contárselo”
“Eran dos piernas fibradas, cortadas por la cadera, que intentaban correr rápido, eran de alguien más o menos con nuestra estatura”
Iker Jiménez ha arrancado ‘Cuarto milenio’ fuera del plató de la nave del misterio, concretamente desde un punto entre Las Batuecas y Las Hurdes y en compañía del ilustrador Tomás Hijo. En este punto entre Cáceres y Salamanca, Tomás vivió en compañía de su familia un suceso espeluznante e inexplicable al que no pudo dar explicación.
Iker Jiménez se ha trasladado hasta allí en compañía del dibujante y con la única compañía del compañero cámara y un par de linternas que alumbran en medio de la noche.
Tomás Hijo relataba con todo lujo de detalle lo que vio esa noche de súper luna: “Había más luz de la que hay ahora por la luna y, tras escuchar unos ruidos demasiado fuertes para ser de una culebra, vi claramente dos piernas de persona fibradas, como de deportista, que hacían el movimiento de correr muy rápido, con un corte claro a la altura de la cadera, fueron apenas tres o cuatro segundos”.
Cuando Tomás se giró para preguntarle a su familia si lo había visto estos negaron: “Ni mi mujer ni mi hijo habían visto nada, y el perro tampoco se comportó de manera extraña pese a que los perros suelen reaccionar a este tipo de cosas”.
Automáticamente Tomás Hijo pensó en Iker Jiménez: “Tengo que contarle a mi gran amigo esto que me acaba de ocurrir”.