Iker Jiménez comenzaba el debate de la mesa de expertos reconociendo que en un primer momento, antes de enfrentarse a su primer aislamiento, se consideraba poco menos que escéptico en cuanto a lo que fenómenos paranormales se refiere:
“Si me conocen y me siguen saben ustedes que he estado en lugares mucho menos agradables que un confortable hotel, pero es que desde que entro en la habitación tengo la absoluta sensación de que hay alguien, una presencia, algo con forma humana y los brazos cruzados, una mujer quizás, vestida con un traje beige o marrón, yo no veo absolutamente nada, pero eso es como una luz, sé que hay alguien ahí, me siento amenazado”.
El presentador de la nave del misterio es consciente de que sus palabras pueden sonar poco creíbles, pero la forma con la que ha relatado lo que sintió en el Parador el escalofriante:
“En un momento dado, tengo que reconocer, que cogí mi llave y salí de allí, necesitaba irme de allí, dejando a Carmen en la otra habitación, tuve la necesidad de irme de allí con mi coche, no es miedo, no es terror, es un descuadre que no podía comprender”.
La sensación de Iker fue tan perturbadora, que el periodista tuvo la imperiosa necesidad de abandonar el Parador, dejando atrás a sus compañeros que sí pasaron la noche allí:
“Cuando Iker y yo salimos de allí él ni siquiera hablaba, de hecho me pidió que condujese yo, algo que nunca ocurre, siempre quiere llevar él su coche, pero a mí me pareció bien porque yo sabía que él estaba descuadrado, que no sabía ni siquiera explicar lo que había vivido”.
Iker Jiménez no es el único que ha sentido que algo ocurría en el Parador. Varios huéspedes también han abandonado el lugar, aterrados por lo que estaban viviendo.