Hace algún tiempo el coronel Otero habló en ‘Cuarto Milenio’ sobre un incidente diplomático que tenía como protagonista a la embajada de Estados Unidos en Cuba. Y nuestro invitado nos habló de armas sónicas, es decir, el empleo del sonido como arma mental.
¿Desde cuándo? ¿Por qué? ¿De qué manera se convierte una onda en una auténtica lanzadera de misiles para nuestro cerebro? Durante el programa de este domingo, otro especialista y pionero en el tema, el coronel Baños visita el programa para resolver todas las incógnitas que hay respecto al tema.
Según indica el coronel, a las armas sónicas, en un principio, se les llaman armas ‘no letales’ porque no son armas cinéticas, pero en realidad pueden ser letales porque actúan contra el oído humano.
‘’Las armas sonoras principales a las que se denominan LRAD (dispositivos acústicos de largo alcance), en realidad, estas armas sonoras, empiezan siendo inaudibles, pero terminan siendo audibles dentro de nuestra cabeza’’, explica el coronel.
Según indica Baños, hoy en día, estas armas las emplean más de 70 países y las utilizan para disolver manifestaciones o para montarlas en barcos y luchar así contra la piratería. Además, ha indicado que algunos de estos sonidos van únicamente dirigidos a los jóvenes porque a partir de los 18-20 años, los seres humanos pierden facultades sonoras y hay frecuencias que ya no se pueden escuchar.
‘’Se emplean armas no sonoras, inaudibles, por ejemplo, con infrasonidos (…) No los oímos, pero sí que los sentimos porque se emplean potencias muy elevadas, de tal manera que afecten a nuestra mente, que no generen distintos sentimientos o síntomas, también efectos psicológicos. Los emplean tanto Rusia como Estados Unidos y, pueden ser mortales si consiguen que esas frecuencias entren en resonancia con las frecuencias que tenemos en el cuerpo humano’’, detalla Baños.