Es la cara del misterio. “Si pudiese elegir una fotografía que ilustrase eso, segur que esta estampa aparecería. Son los ojos de alguien que ve lo otro. Lo innombrable, lo inhumano… es la cara del misterio”, revela Iker Jiménez. Es la cara de una de las niñas de San Sebastián de Garabandal (Cantabria) que se hizo popular en el año 1961.
En este año, cuatro niñas entraron en el estatismo absoluto, en un estado desconocido de la mente, al mismo tiempo, siendo fotografiadas, grabadas y analizadas por médicos. El cronovisor de ‘Cuarto Milenio’ nos permite ver aquel suceso como nunca antes pudimos verlo. Aquellos días, estas cuatro niñas observan algo, lo que piensan que es un ángel, bajando de una montaña sagrada.
Entraron en una histeria completa, avanzaban de rodillas, bajaban escalones con el cuello mirando hacia arriba, totalmente estático, con caras de felicidad y terror: “parecían, con sus brincos, despegarse del suelo”, dicen los testigos. Tras este trance, ninguna recordaba lo sucedido. Hablaron de milagros, pero también de profecías, y dieron lugar a los primeros estudios de posesión.
Las niñas salieron cada una de su casa y se dirigieron al monte, de manera independiente, para vivir la misma experiencia: “Recibieron mensajes apocalípticos de algo que iba a llegar”, revela Iker. Muchos observaron con fascinación este hecho y algunos piensan que la montaña en la que permanecieron las niñas es sagrada. Cabe destacar que estos sucesos no tuvieron lugar un solo día, sino varios. Casi a diario.
Los mensajes de las niñas eran inconexos, difíciles de interpretar. Muchos piensan que fueron testigos de una aparición, de un hombre luminoso que bajaba desde el cielo. El padre Andreu, un investigador de la Iglesia enviado por el obispado de Santander, dijo también estar viendo lo mismo que las niñas, y falleció justo después de ser testigo de “la cosa más hermosa” que había visto en su vida.