Han pasado 18 años desde que el edificio Windsor ardió en llamas. En la retina de los testigos, aún permanecen esas dos siluetas que se vieron en el interior, entre el fuego. Concretamente, en la planta 12. Se vuelve a avivar la polémica con la emisión de un reportaje: ¿Eran reflejos, personas, bomberos? Iker Jiménez ahonda en este misterio.
Nada más comenzar con este análisis, los expertos testifican que se trata de personas, nada de reflejos. Teniendo esto en cuenta, ¿quiénes eran estas personas? ¿Cómo se jugaron la vida? ¿Cómo accedieron? ¿Qué querían recuperar y qué secretos terribles querían desalojar de allí? ¿Querían avivar las llamas?
El abogado Carlos Just fue quien grabó (junto a su esposa) las polémicas imágenes en las que se ven las dos siluetas. Dice que tiene la sensación de que se podía haber hecho más: “Me dijeron que eran bomberos y se perdió una posibilidad de investigar. Era tan fácil como venir a verificar y se quedó en nada”.
Cuenta que entregó la cinta original al juzgado como prueba pero, pasados ya los años, ha intentado recuperarla, sin éxito: “Yo vi personas y luces que se encendían y apagaban, aunque en Telemadrid decían que el edificio estaba desalojado. Algo no me cuadraba”. “En esa llamada, hubo unos segundos de silencio que interpreté como una duda”, añade.
El auto del análisis de las imágenes que grabó Carlos, detalla, claramente, que se trata de un vídeo no manipulado, que no se trataba de ningún reflejo y que lo que se ve en el interior del edificio son personas que se encuentran haciendo “algo delictivo”. Just dice haber recibido “llamadas extrañas” después de este suceso.
Se unen a la mesa Pedro Baños (a quien le dijeron “mejor no te metas”), Enrique de Vicente (“este tema fue tabú desde el minuto cero”) y Javier Durán (perito experto en incendios que niega que las personas llevaran casco de bombero y mucho menos que hicieran un trabajo de bombero). Entonces, ¿quiénes se encontraban allí?
Pedro Baños habla de empresas internacionales con mucho poder que se encargan de “solucionar secuestros” y le encaja que haya una de esas empresas detrás: “Yo pienso más en que estaban recuperando documentos que no quiero perder, no que quiero destruir”. En esa empresa se encontraba una gran consultoría.
La cuestión es que muchos de estos documentos sensibles se guardan en cajas fuertes ignífugas y habrían soportado el calor del fuego. El Ministerio de Defensa tenía un despacho en el Windsor para guardar documentos, y esto llama la atención a los colaboradores. Hablan también los periodistas de “falta de transparencia” y de presiones.
El perito, por otro lado, descarta que el incendio fuera provocado por una colilla y el resto de la mesa señala que el vigilante de seguridad que se alertó tras la alarma, no pudo subir porque había un obstáculo en la puerta que le impedía pasar. ¿Y por qué tardaron tanto en llamar a los bomberos?