Viajamos hasta el Teatro Principal de Almagro, un lugar en el que las emociones quedan vagando sobre el escenario y parece que se reflejan en un futuro ante la expectación, estupefacción e incluso terror de las personas que tienen que trabajar allí, a solas, a oscuras, cuando la función ya ha terminado. Javier Pérez Campos se traslada hasta esta localidad para realizar una investigación.
“En este teatro pasan cosas”, nos dicen las personas que trabajan allí. ¿Qué cosas? “Noté como si, de repente, llegara mucha gente, ruido de escaleras… al subir pensé que había gente pero me asomé al patio de butacas y no había nadie por ningún lado”, describe una de las testigos de estos fenómenos paranormales.
Conversaciones sobre el escenario que se escuchan desde los camerinos, grifos de rosca que se abren solos y dejan el agua correr, secamanos desenchufados que, de pronto, comienzan a funcionar, apariciones de una presencia, sombras sentadas y algo que llama profundamente la atención:
En el teatro hay una sala con muñecos, figuras que cambian de posición de la noche a la mañana. “Al principio lo achacas a las señoras de la limpieza”, cuenta el historiador Antonio Moreno López, “pero luego se cotejaba la información y nada más lejos de la realidad y eso generaba inquietud”.
Los trabajadores cuentan todo lo que han vivido en este teatro y todos coinciden en que allí pasa algo: “Cuando está más vacío y hay más silencio, se notan más cosas”, describen y añaden que han tenido miedo de quedarse solos trabajando.
Javier Pérez Campos y José Antonio Moreno se encuentran junto a Iker Jiménez en la mesa para analizar este apasionante reportaje. Hablan sobre esa sombra que deambula por el teatro y que muchos aseguran haber visto. La sombra es tan descriptiva que parece girarse para mirar. Un alcalde asegura haberla visto también.
Nos hablan también del hallazgo de unas huellas de pie con solo tres dedos que encontraron unas limpiadoras. Parece ser que todos estos fenómenos se intensificaron tras un terremoto que tuvo lugar en el año 2007 en Almagro y que provocó que se cayera parte del techo de la sala en la que se encuentran los muñecos.
Aldo Linares se acerca hasta Almagro para vivir una experiencia sensorial y lo primero que hace es señalar la ventana donde algunos aseguran haber visto a alguien (o algo) asomado. El sensitivo se encuentra algo perdido, pero lo cierto es que se suele mover por el lugar donde más apariciones ha habido. Dice qué es lo que escucha hablar.