El cerebro de los niños visto desde dentro: así afectan el alcohol o las drogas a su deterioro
El doctor José Alonso Ruiz ha explicado en ‘Cuarto milenio’ cómo funciona el cerebro de los niños y cómo se deteriora con factores como el alcohol o las drogas
En los niños menores de siete años el amor es percibido como algo incondicional: “Sienten como los perros”
Iker Jiménez, fascinado con las imágenes del doctor Alonso: “Esto no se había hecho nunca”
El doctor José Alonso Ruiz, médico radiólogo, psicólogo y profesor de Medicina, ha visitado de nuevo ‘Cuarto milenio’ para analizar una de las partes más emocionantes del mundo de la neurología: el cerebro del niño.
Tal y como el doctor Alonso le ha explicado a Iker Jiménez, el estudio del cerebro del niño nos enseña mucho sobre el funcionamiento de la mente humana, más concretamente sobre las emociones y comportamientos.
Son varios los estudios que demuestran que ya en el interior de la madre, los fetos de unas 33 semanas de gestación son capaces de sentir emociones y hasta de tener sueños, pese a no conocer aún nada de la vida exterior.
Esto se debe a que el cerebro humano, en su edad más temprana, tiene un gran desarrollo del sistema límbico emocional, la parte de nuestro cerebro que controla las emociones y que define nuestra personalidad.
El amor desde la mente de un niño
Son precisamente los niños, especialmente los menores de siete años, los que son capaces de sentir amor sin condiciones: “El cerebro de los niños pequeños funciona como el de los perros, pueden ver guapa a su madre aunque tenga tres ojos y cuatro bocas, aunque sea una especie de monstruo, porque aman sin condiciones”.
Y es que esa parte emocional que los niños tienen tan desarrollada con el paso del tiempo y los malos hábitos de los adultos se va deteriorando. Se produce lo que se conoce como “poda sináptica”, o lo que es lo mismo, la pérdida de esa gran capacidad emocional.