El viaje más mítico de la historia aún guarda prismas desconocidos. 110 años después de uno de los barcos más conocidos del mundo descubrimos nuevos entresijos. Fernando García Echegoyen, aporta nuevos datos sobre lo que realmente pasó la noche del 14 a 15 de abril de 1912.
“La travesía del Titanic es un hito y un mito de la sociedad anglosajona”, dice el experto. Fernando asegura que en España se conoce el Titanic por la película, pero que la historia del barco más mítico del mundo esconde muchos secretos que no se evidencian en la obra cinematográfica.
Según García Echegoyen, el mito del Titanic tiene dos aspectos, el “folclórico” que aparece en las películas y el “Titanic oscuro”. Dentro de este último, se encuentran tres elementos fundamentales: el mayor fracaso industrial en la historia de Gran Bretaña, construyen el mayor barco de la historia y se destroza en 4 días; la ciencia náutica inglesa, la técnica naval era absolutamente negligente; y el mayor caso de corrupción política y judicial, una serie de elementos que se enriquecieron a costa de la muerte de 1500 personas.
Entre las personas que se enriquecieron de esta desgracia se encuentra el fiscal de la corona, Sir Rufus Isaacs. “El titanic en aquella época a la prensa, les demuestra que se puede retransmitir en tiempo real. Se dieron cuenta del valor que tenía que allí estuviera Marconi, inventor y empresario italo-británico”, ha comenzado explicando el experto.
“Hubo una serie de personalidades del Reino Unido que habían comprado una gran cantidad de acciones de Marconi porque sabían que eso iba a ocurrir. Hubo corrupción, información privilegiada…”, desvela Fernando García Echegoyen.
Además, también ha desvelado que cuando el fiscal de la corona se da cuenta de que lo pueden pillar, lo que hicieron fue desviar la atención del público buscando un falso culpable, uno de los ayudantes del capitán.
Los alemanes formaron parte de la historia anglosajona. Conocían todos los entresijos sobre la historia del Titanic. Por eso, eligieron a un “genio del mal”, Joseph Goebbles, político alemán, para hacer una película con todos estos elementos con el fin de denostar a los ingleses en el año 1943.
“Va a poner un oficial a bordo del Titanic que se encarga de criticar todas las decisiones de los ingleses durante la navegación del Titanic. A los pasajeros de primera clase los convierte a todos en judíos, el antisemitismo nazi. A los de tercera clase, emigrantes alemanes”, explica Fernando García Echegoyen.
Para la película, Goebbles elige a un director, Herbert Selpin, que era médico, aunque nunca llegó a ejercer como tal. “Era un bohemio, un empleado de la FOX, pero empieza a hacer películas de propaganda nazi”, afirma el experto. Además, asegura que Selpin no era nazi, era un anglófilo convencido, “sentía cierta admiración por los ingleses”.
El proyecto nazi no avanzaba porque no se trabajaba. Según cuenta García Echegoyen, el motivo era que “los alemanes estaban ligando con las actrices”. “Selpin se revela ante la situación y es detenido por la Gestapo por difundir ese comentario, se lo llevan a Berlín. Además, el guionista también dimite”, explica Fernando.
Selpin no se retracta de sus palabras y a los pocos días apareció ahorcado en su celda de Berlín. “Evidentemente lo colgó la Gestapo”, añade el experto. Por lo tanto, nombran a un nuevo director, Werner Kingler. “Era nazi pero muy prudente”, desvela Fernando. El guionista vuelve, pero todo el personal se niega a dirigirle la palabra por haber apoyado a Selpin.
Finalmente, consiguieron terminar la película. Una “película redonda quitando el pufo nazi”, define Fernando García Echegoyen. Según cuenta, la gente empatizó, le daba igual el discurso nazi, estaban pendientes de los pasajeros que se estaban ahogando. “Se sentían identificados ante el desastre”, explica. El experto tiene claro que los nazis utilizaron esta película como medio de manipulación política en esa época.