Las librerías son un magnífico lugar, un sitio sagrado, tal y como dice Iker Jiménez, pero en algunas ocasiones pueden convertirse también en el escenario de misterios sin resolver o fenómenos paranormales. ¿Por qué sentimos cierto miedo o escalofríos al entrar en determinadas librerías? La historia que nos traen esta semana Clara Tahoces y el sensitivo Aldo Linares es un claro ejemplo de que estos lugares tienen una conexión especial con el mundo del más allá.
Jerez de la Frontera, Cádiz, el lugar donde se encuentra esta misteriosa librería, escenario de sucesos que nadie hasta el día de hoy ha sabido explicar. El escritor José Manuel Frías nos habla de ella, nos cuenta que con mucha probabilidad esta antigua librería se encuentra construido sobre un cementerio árabe.
Antes de ser una librería, este lugar albergó un humilde hostal, un hostal en el que se alojaba con frecuencia un pintor impresionista que a partir de 1910 cambia por completo de vida y se transforma en lo que en la zona llaman “un tirao”, un bohemio.
José de Montenegro murió en 1916, año en el que pintó su último cuadro: “Hay una versión oficial que cuenta que José murió en el hospital, pero los descendientes del hostal aseguran que fue precisamente en este lugar, en el hostal, donde José murió”. Tiempo después, en el lugar donde estuvo construido este hostal ahora está la librería protagonista de nuestra historia.
Se cuentan por decenas los testimonios de las personas que aseguran haber vivido situaciones extrañas en esta misteriosa librería gaditana. Libros que se caen solos de las estanterías, apariciones fantasmales, un hombre extraño con bigote que se pasea por sus pasillos…
Todos ellos coinciden en el hecho de que esa persona que merodea por la librería es un hombre, alto, delgado, desgarbado, con bigote y vestido de negro, unas características que coinciden a la perfección con la descripción de José Montenegro, el hombre que falleció hace decenas de años en ese mismo lugar y que, parece ser, se ha quedado anclado en el lugar de su muerte.
Clara Tahoces, Luis de Uriarte y el sensitivo Aldo Linares se han trasladado hasta este misterioso lugar y lo que han obtenido pone los pelos de punta.