La semana pasada, en la sección ‘El cierre’, Iker Jiménez ya venía reflexionando sobre la inteligencia artificial, pero esta semana ha dado un paso más y ha propuesto un viaje muy especial a los espectadores de ‘La nave del misterio’: “Son experimentos personales, la interfaz entre la neurona humana y la máquina. Lo van a ver a partir de ahora no existe”.
Y es que, lo que Iker Jiménez muestra forma parte de su imaginación y de sus propios proyectos: “Ninguna de estas imágenes, no se espante, porque algunas son fuertes, son seres reales. Pero, al mismo tiempo son tan reales que nosotros no podemos distinguirlos. Se produce un shock mental. Es la neuro tecnología. La unión del chip y de ese prodigio llamada neurona. De nada vale la inteligencia artificial si no hay un artista, un pensador, de fondo”.
Para Iker, esto es como “penetrar en una dimensión nueva”: “Lo que van a ver solo existe en mi imaginación, pero ahora también en la suya. Es como una máquina que construye sueños… y pesadillas”. Comenzó a hacer sus pinitos con la inteligencia artificial con GOIA, pero también hay animales, monstruos humanos, máscaras prehistóricas y toda una fantasía que ha salido de la cabeza del conductor de ‘La nave del misterio’.
El peligro de todo esto, o el inconveniente, según reflexiona el propio Iker mientras nos va mostrando las distintas imágenes, es que podemos dar por real lo que estamos viendo, pero nada más lejos de la realidad. El hecho de que se pueda engañar al que mira es uno de los hándicaps del mal uso de inteligencia artificial: “De usted depende si lo emplea para bien o para mal”.