Tercera entrega de las espeluznantes historias sobre las carreteras secundarias de nuestro país. En esta ocasión, una vez más, Iker Jiménez se pone al frente y participa en primera persona en estos viajes y lo hace regresando a la provincia de Cáceres en los años 90, concretamente a la zona que rodea Vegas de Coria.
En una de sus innumerables investigaciones de reportero intrépido, Iker Jiménez acabó de nuevo con su cámara y su libreta en una zona en la que los sucesos inexplicables son más que frecuentes. Al llegar al punto en el que había quedado con su testigo comenzó a sentir la primera punzada de miedo: “Aquel hombre me explicaba lo que había pasado, lo que había visto en ese punto empuñando un impotente cuchillo de monte, con ese arma había intentado hacerse valer delante de lo que él mismo llamó ‘la sombra”.
Este testigo se refería a una extraña forma que de manera amenazante se le había aparecido en plena noche llegando a intimidarle, cerca de su coche: “Cuando bajó del coche con su cuchillo entendió que no podía enfrentarse a ese ser, que aquel rostro que le miraba aunque no tuviera ojos no era de este mundo y no tenía nada que hacer contra él”.
A su regreso a la posada, y con la historia del hombre del cuchillo aún rondando en su cabeza, Iker Jiménez sintió en su cuerpo el miedo de todos aquellos que habían visto en aquella zona a ese extraño ser, ya que el testimonio del hombre del cuchillo no había sido el único:
“Aquel kilómetro hasta la posada se me hizo eterno, posiblemente el kilómetro más largo de mi vida, el miedo me hizo sentir que aquella sombra estaba justo detrás de mí, lo sentía a mi espalda…”.