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Copa del Mundo de Baloncesto

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El debutante Abrines analiza a los rivales y se muestra ansioso por jugar con España

cuatro.com 29/08/2014 17:32

El joven mallorquín es consciente de que "cada partido es diferente y, según cómo preparen las selecciones contrarias su scouting, nos complicarán las cosas. Brasil, Serbia y Francia trabajarán algo diferente para intentar frenar nuestro juego interior y nos pondrán las cosas difíciles", recuerda. "Francia tiene bajas importantes y Serbia es una selección joven que es capaz de todo, pero creo que Brasil es una selección que no ha tenido mucha suerte en los últimos años y vienen con todo así que realmente puede poner las cosas difíciles", reconoce.

Pese a no haber debutado con la selección absoluta, Abrines no se encoge. "No va a ser el Mundial en el que juegue más, pero poco a poco me integro en el grupo y si me dan la oportunidad de jugar, intentaré aprovecharlo lo máximo posible", asegura. "Llevo tres semanas esperando mi debut y que llegue, en el Mundial y en casa es un plus", añade.

En cuanto a la rotura de fibras que le ha mantenido al margen del grupo en los últimos días, el jugador ya se encuentra plenamente recuperado. "La evolución la iba marcando yo. Íbamos haciendo resonancias semanalmente y al final fueron tres semanas. Me dieron el alta la mañana del partido contra Argentina y podía haber jugado, pero al no haber entrenado con el equipo no era plan de forzar. Hubiera pagado por salir, pero sabía desde el principio que no era posible", confiesa.

Vivir la concentración de esa forma se le ha hecho especialmente difícil: "Lo ves todo desde fuera, tienes que entrenar a horas diferentes que las del grupo y luego te quedas a ver el entrenamiento. El día se hace mucho más largo y más pesado. Pero que estos jugadores esperen a mi recuperación para que pueda llegar al Mundial, lo suplía de alguna manera". Por otra parte, el jugador llegó a temer por su permanencia en el combinado español. "Cuando me enteré de la lesión, sí que pensé que me quedaba fuera. Pero me reuní con Orenga y Sáez y me dijeron que calma, que esperarían hasta el último momento, y que con los mejores médicos no habría problema para llegar".

Pese a todo, Abrines reconoce estar viviendo "un sueño. Hace cuatro años estaba jugando con mis amigos en el colegio donde estudiaba y en cuatro años he llegado aquí. A veces lo pienso y no me lo creo. Que pase tan rápido no ha pasado nunca antes, y me hace estar contento, pero también sé que tengo que tener los pies en el suelo", concluye.