El primer cuarto empezaba con escasa anotación para ambos equipos. Los jugadores franceses, muy enfadados con el cuerpo arbitral. Los jugadores australianos sacaban de sus casillas a los pivots franceses. De Colo salvaba con un triple en el último segundo del primer cuarto la triste anotación francesa. 11-16 para Australia al término de los primeros 10 minutos.
En el segundo cuarto, la ventaja aumentó para la selección australiana. Fournier e Ingles comandaban a sus equipos y terminaban la primera mitad como los dos máximos anotadores. Los franceses acababan con un 8 de 32 en tiros de dos la primera parte. Totalmente merecido irse al descanso perdiendo por nueve puntos. La segunda unidad australiana no respondía la gran anotación de los titulares, justo lo contrario pasaba en el equipo francés.
El tercer cuarto le valió a Francia para resurgir. El efecto Batum llevó a los galos a recortar mucha ventaja en el marcador. Mills, absolutamente perdido e Inglés, fuera del partido totalmente. Poirier, absolutamente necesario para lo suyos. Dellavedova salía al rescate de los suyos para reducir la sangría de puntos antes del inicio del último cuarto.
De partido decidido, nada. Francia tiraba de garra para remontar una ventaja que había llegado a ser de 15 puntos para los australianos. Los galos se llegaban a poner en +4 al inicio del último y decisivo cuarto. Mills resurgía para poner las tablas en el marcador. El encuentro llegaba muy, muy parejo a los últimos instantes. Albicy, protagonista inesperado a base de triples. Francia ganaba de 4 a falta de dos minutos por jugarse, Mills quería la victoria. Finalmente, el partido caía del lado francés.