Estados Unidos está fuera de unas semifinales de la Copa del Mundo FIBA diecisiete años después. Fournier y Gobert demostraron una gran capacidad anotadora para dejar a los estadounidenses sin medalla.
Estados Unidos y Francia se citaban en los cuartos de final de la Copa del Mundo FIBA en un partido que no dejaría indiferente a nadie. Desde el primer momento ambas selecciones dejaron en China un baloncesto total en el que la igualdad fue la tónica dominante.
Tanto que ambos equipos se marcharon empate a 18 al término del primer cuarto, en dónde se vivió una espectacular jugada de los estadounidenses. Gorro espectacular de Turner y triplazo de Joe Harris antes de terminar.
Algo a lo que rápidamente contestó la Selección Francesa. Triple desde su casa de Nando de Colo para ponerse por delante en el marcador. Incluso llegaron a realizar un parcial de 9-0 a favor de los europeos para marcharse seis por encima en el marcador antes del descanso.
Agarrados por los 13 puntos de Fournier, y los 13 de Gobert con 9/10 en tiros libres, Francia comenzó a separarse en el marcador. Tan solo Donovan Mitchell, con 15 puntos en su casillero, daban esperanzas a unos estadounidenses que se volvían a ver por debajo.
Y todavía fue peor en el tercer cuarto. Estados Unidos no pudo frenar el acierto de Fournier y Gobert, quién dejó un espectacular mate hundiendo el aro tras una asistencia de Batum, y acabaron cayendo por diez puntos.
Algo que hizo reaccionar a los estadounidenses con un Donovan Mitchell antológico. El jugador de Utah Jazz tiró del carro de su equipo y demostró una gran capacidad anotadora para remontar el partido al final del tercer cuarto con jugadas de gran calidad.
Pero Francia no había dicho la última palabra llegando a ponerse cuatro puntos por encima a falta de tres minutos gracias a un mate de Gobert. Una fiesta a la que se unió Ntilikina en el último cuarto para agarrar la victoria en los últimos segundos.
Algo que dejó a Estados Unidos fuera de una semifinales de una Copa del Mundo FIBA diecisiete años después. Sin duda, un espectacular fracaso de los de Popovich que dejó a los jugadores americano con una gran tristeza en su rostro.