Recreamos con el tío de Álex los últimos pasos del pequeño: "Cuando paso por aquí me hierve la sangre"
Gonzalo Martín, tío del pequeño asesinado en Laredo, explica cómo están siendo estos duros meses para la familia de Álex
Miguel Ángel Oliver vuelve al lugar del crimen: “Todo ocurrió a apenas 50 metros de donde estaban sus padres”
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“La unión que tenía yo con Álex era una unión muy especial”. Con estas palabras, y muy emocionado, el tío del pequeño asesinado en Laredo explica en este programa especial lo que ha supuesto para la familia del niño esta dura pérdida.
Gonzalo Martín explica que tanto para él como para el resto de la familia lo que ha ocurrido no ha sido un accidente ni ha sido producto de una enfermedad: “Un loco te desagarra una familia para siempre, en quién más pienso es en el hermano de Álex, ese niño ha perdido la alegría y sigue preguntando que cuándo va a regresar su hermanito, aunque sabe que Álex nunca va a volver”.
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Gonzalo cuenta para este programa que todas estas largas semanas lo único que tiene en la mente es su sobrino: “Por dentro te hierve la sangre, te corroe, cuando paso por allí no puedo evitar recordar que esos fueron los últimos pasos de mi sobrino, pensar que eso pudo pasar a tan solo 50 metros de donde estaban sus padres”.
Junto a Gonzalo Martín, Miguel Ángel Oliver ha recreado los últimos movimientos del pequeño Álex justo antes de ser secuestrado por Francisco Javier Almeida: “Entró en el merendero donde estaba sus padres una niña de cuatro años diciendo que un hombre se había llevado a Álex, su madre le había dicho que en un minuto cenaban, que en un minuto tenía que dejar de jugar y entrar al bar a cenar”.
Una vecina que era enfermera le puso un desfibrilador, pero no pudieron hacer nada
Gonzalo ha relatado cómo fueron los angustiosos momentos en los que la policía y los padres del pequeño encontraron el cuerpo de Álex: “Los padres lo vieron en el portal, bajó una vecina que era enfermera y le puso un desfibrilador, pero el crío ya no tenía ni un solo signo de vida, cuarenta minutos dan para mucho, nunca sabremos si no hubieran pasado tantos minutos hubiéramos podido hacer algo, solo el asesino sabe lo que pasó en esos cuarenta minutos, mi sobrino ya no nos lo va a poder decir”.