Las monjas de Belorado hablan de la marcha de Pablo de Rojas: "No les pedimos que hablaran por nosotras"

Las monjas de Belorado fueron excomulgadas tras la polémica que tuvieron con la Iglesia, institución de la que se alejaron a la par que se acercaron a Pablo de Rojas, fundador de la Pía Unión, su propio grupo religioso y considerado una secta por la Iglesia. Ellas lo tienen claro: ni han sido estafadas por nadie ni se consideran okupas del monasterio en el que viven. Eso sí, aclaran que le pidieron tanto a él como a José Ceacero que se marcharan y matizan que nunca fueron la autoridad en su monasterio.

Son conocidas por sus dulces y, sobre todo, por sus trufas de chocolate pero hace dos meses se situaron en el foco mediático. El 13 de mayo, las monjas Clarisas anunciaron su ruptura con el Vaticano: “Nos van a denominar herejes, cismáticas y más cosas, no lo creáis”, advertían.

Pero ¿Por qué tomaron esta decisión? Parece que detrás hay una disputa inmobiliaria, querían vender un monasterio para mejorar su situación económica pero la Santa Sede no les autorizó y después se atrincheraron en el de Santa Clara de Belorado.

Durante este tiempo se acercaron a José Ceacero, que parecía su portavoz y conocido como "el cura coctelero" por su pasado como barman. El otro protagonista es Pablo Rojas, fundador de la Pía Unión.

Mientras tanto, la exabadesa se querelló contra el arzobispo de Burgos, la Iglesia dio un paso adelante personándose en el convento para la mediación, pero ellas les acusaron de requerirles las llaves, la documentación y hasta las nóminas.

Más tarde, fueron citadas por el Tribunal Eclesiástico pero ellas no acudieron y el arzobispo Mario Iceta anunciaba que se habían marchado y que, sin título, tenían que abandonar el monasterio.

Las monjas de Belorado toman la palabra

Tras 75 días de silencio mediático, las hermanas rompen su silencio en 'Código 10' y lo hacen por un motivo muy claro: "Hay tanto descrédito que te duelen las entrañas", decía Sor Paloma.

Tanto ella como Sor Israel nos contaban que conocieron a Pablo de Rojas y José Ceacero por una cuestión "doctrinal" y "teológica": "Llegamos a la conclusión que hemos llegado por nosotras mismas y nos encontramos que ellos pensaban igual, les pedimos ayuda pero no hubo ahí ningún lavado de cerebro".

Sin embargo, ahora ya no tienen relación: "Simplemente ya no estamos con ellos. Les pedimos que se marcharan porque una cosa eran estas cuestiones teológicas y otra la vida. Ellos vinieron aquí para ayudarnos en el paso que íbamos a dar, que no sabíamos que iba a tener lar evolución mediática que ha tenido, nos acogimos a la jurisdicción de Pablo de Rojas porque le reconocimos como obispo válido y nunca ha sido la intención de nadie que ellos perduraran aquí. Nuestra vinculación con ellos es solo esa, un reconocimiento como obispo. Él nunca ha sido el líder de la comunidad".

"Aquí la autoridad nunca han sido ellos, se erigieron como portavoces y efectivamente no les pedimos que hablaran por nosotras, iniciaron un servicio, un deseo de ayudar que luego tampoco era el enfoque nosotras queríamos dar", explicaba Sor Israel y, ante las preguntas del programa, puntualizaba que les molestaron pequeñas cosas: "Bueno hubo ciertas cosas, detalles pequeños que quizá habría sido, cosas de nuestra vida más cotidiana que no habría sido necesario".

Y nos daban dos ejemplos, como mencionar que iban a comprar yogur líquido o que un gallo había muerto, todo ello fuera de contexto: "Era un tinglado todo sacado de madre".

Eso sí, parece que ellos no se lo tomaron bien: "Ellos se enfadaron, sí. O no entendieron que tomáramos esta decisión o les piló por sorpresa".

Las monjas de Belorado no aceptan la propuesta de Sor Lucía Caram