El fentanilo es un opiodie 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más poderoso que la morfina. Ya hay estudios que apuntan a que en Estados Unidos mata más que las armas y es que el número de afectados por esta droga, la más devastadora del planeta, aumenta a un ritmo vertiginoso. El doctor José Miguel Gaona se ha adentrado en el epicentro y lo que ha visto le ha parecido "delirante".
Sus efectos son tan rápidos que sorprende a los expertos. Produce relajación y euforia, pero también sedación, confusión o mareos. Detectar una sobredosis puede resultar sencillo dado que los síntomas son muy evidentes como pupilas pequeñas, adormecimiento, sonidos de atragantamiento, cuerpo flácido, piel fría o manchas en la piel.
Estos efectos producen que quienes consumen esta sustancia adopten un comportamiento poco habitual, adoptan posturas de lo más extrañas, parecen a punto de desmayarse y llenan muchas de las calles de grandes ciudades en Estados Unidos.
Pero ¿Qué cantidad de fentanilo es letal? Una pastilla puede matar y es que tan solo 2 gramos de esta sustancia puede matarnos. Esta cantidad equivale a apenas a dos granos de sal y mata ya a 200 personas cada día en Estados unidos.
José Miguel Gaona, psiquiatra forense, se ha desplazado a Estados Unidos y nos mostraba su testimonio impactado en directo en ‘Código 10’: "Esto es como el apocalipsis". Además, apuntaba que aunque no se muestran violentos, cuestionaba la actitud de las fuerzas de seguridad: “Aunque parezca mentira, los policías es como si viviesen en otro mundo e ignoran a los camellos a las personas que consumen…”
Para hacer esta grabación, estudiaron la zona durante tres días hasta que unieron todos los elementos para “pasar desapercibido”. El doctor se adentró en el epicentro de esta epidemia que se localizan en Filadelfia, en concreto en la Kensington Avenue.
Recorrió 4500 metros para mostrarnos esta triste realidad en la que veía a adictos que apenas podían mantenerse en pie: “No lo vais a creer pero aquí os voy a enseñar a un señor que tiene una jeringuilla clavada en la ceja”, decía.
Veía a otra persona extrayéndose sangre, multitud de afectados por el consumo de esta droga a cada paso, tiendas de campaña en plena calle para refugiarse de la lluvia, establecimientos comerciales que tienen que parar su actividad por la aparición de uno de los consumidores…
A 200 metros se adentraba en una de las zonas más conflictivas, donde el aumento de la tensión y el riesgo era evidente: “Esto es delirante, mirad todas las jeringuillas que hay tiradas… ¡Quince!”
Más adelante veía un coche de policía cerca de una pelea: “Es como si hubiesen venido Atila y los hunos”. De repente, el doctor se interrumpía para decir a alguien: “No, thank you, man” y nos aclaraba: “Me están ofreciendo droga. Esto es la pera, la pera”.
Fue como paciente, por prescripción médica y no sufrió ningún tipo de adicción: "Hay que tranquilizar a las personas que nos estarán viendo, están tomando fentanilo bajo receta médica y es extremadamente difícil que ocurra una adicción".