'Código 10' destapa el mercado negro de los DNI: así es la fácil compraventa de documentos robados

  • 'Código 10' contacta con un usuario que les ofrece un DNI robado por 2.000 dólares

  • El programa conoce el testimonio de Cristal, cuya usurpación de identidad le ha acarreado graves consecuencias

  • En caso de suplantación de identidad se debe acudir siempre a la comisaría para denunciarlo

'Código 10' ha destapado el mercado negro que existe de la compraventa de Documentos Nacionales de Identidad robados, llegando a venderse por canales como las redes sociales. El programa contacta con un usuario que pone a la venta un DNI real por 2.000 dólares y conoce el testimonio de una afectada a la que le usurparon la identidad y llegó a ser detenida

Desde un ordenador y en apenas tres horas. Así de rápido es hacerse con un DNI robado a través de las redes sociales y de grupos de chat donde se ponen a la venta los documentos personales e intransferibles a modo de catálogo. 'Código 10' lo ha comprobado con una investigación exclusiva donde conseguía ponerse en contacto con un vendedor que le ofrecía un DNI de las características que le pedían a cambio de 2.000 dólares

Pero, ¿qué hay que hacer en un caso de una suplantación de identidad? "Tenemos que ir a comisaría con los datos que hayamos podido recabar para poder poner la denuncia. Hay que acudir con calma porque los abogados están muy acostumbrados a ver este tipo de delitos", afirma Alba Bódalo, abogada. 

Sin embargo, el programa descubría la increíble historia de Cristal, cuya usurpación de identidad le acabó llevando al calabozo. Tras dar sus datos a través de un PDF con su DNI para una supuesta venta de un vehículo, no volvió a saber nada de su presunto comprados. Un día le llamaron para que se personase en la comisaría de Vigo y acabaron deteniéndola "porque estaba en busca y captura en Palma por el alquiler fraudulento de pisos". 

Cristal ha negado los hechos que se le imputan pero actualmente sigue pendiente de juicio y está en libertad provisional. Nacho Abad, David Aleman y los colaboradores no podían dar crédito ante su testimonio.