¡No te alarmes! Es algo muy común y se han hecho estudios sobre ello. Al menos el 92% de las personas han vivido esta situación mínimo una vez a la semana. Cuando escuchamos una canción, en la mente se crean imágenes musicales que se escapan de nuestro alcance. ¿No te parece increíble?
Por ejemplo, ese momento en el que lo dejas con tu pareja, entras en bucle con una canción y ya no hay manera de sacártela de ahí. Sí, da igual lo que hagas, siempre te va a recordar a aquella situación complicada que viviste porque los estados de ánimo afectan mucho en esto que te estamos contando.
Nuestro cerebro es como un gran iPod capaz de registrar en él muchas más canciones de las que nos imaginamos, como lo lees. El ‘chip musical’ de tu cabeza se queda con todo aquello que más escuchas y lo continúa reproduciendo unas 24 horas más.
Espera, respira hondo. No es tan malo como parece, ya que tiene su parte positiva y es que cuando no paramos de tararear una canción, estamos manteniendo nuestro cerebro mucho más activo de lo normal y eso siempre es bueno.
Además, también tiene mucho que ver con la memoria. Todos asociamos las canciones a momentos que hemos vivido o a personas de las que nos acordamos cuando la estamos escuchando, y todo porque el cerebro aprende a asociar una emoción o sentimiento con distintas melodías, que son las que al final terminan acompañándonos durante mucho tiempo.
¿Sabes que dicen que cuanto más escuchas una canción es más probable que se te pegue? Esto vale para que le digas a la amiga pesada de turno que no entre en cólera cuando te escuche cantarla porque al final también le va a acabar gustando a ella. ¡Con este argumento seguro que la convences.
Aun así, aunque a veces es divertido si la canción que se te ha metido en la cabeza es una que te encanta, también tenemos el remedio para sacarla de tu cerebro. ¡Podemos lograr deshacernos de ella! Lo único que tienes que hacer es centrarte en hacer otras cosas que te obliguen a utilizar tu memoria a corto plazo, o incluso ponerte otra canción totalmente distinta. Ya sabes, en ocasiones "un clavo saca otro clavo" y, oye, igual también funciona con esto.
¿Te imaginas poder dominar tu cerebro para que actúe como un reproductor multimedia? ¡Olvídate de vivir pegado a tu mp3 o gastar toda la batería de tu móvil en escuchar tus canciones favoritas!
Ahora que te hemos contado por qué se te graba a fuego una canción sin que tú lo hayas decidido, puedes convertirlo en algo positivo. ¡Tienes memoria más que de sobra para retener todo aquello que te propongas! Vale que a veces se incrusta en nuestro cerebro como un parásito, pero ya te hemos contado qué puedes hacer para expulsarla de tu cabeza en un momento. ¡Ya no tienes excusa!