Cuando se encontró el cuerpo sin vida de Diana Quer escondido en un pozo, Juan Carlos pidió el máximo respeto a los forenses para realizar la autopsia. Ese día no podía dormir y le dieron las cuatro de la madrugada viendo noticias sobre lo que estaba pasando. Hubo una imagen que nunca se le olvidará. En ella aparecía el cuerpo de su hija sobre una camilla, tapada con una sábana: “Al responsable del medio de comunicación que la puso le diré que su minuto de gloria que lo lleve en su conciencia toda su vida por el daño que ha ocasionado. Jamás debería haberse consentido, por humanidad”.