“El Everest es como una obsesión, como cuando te obsesionas por algo y es muy difícil de conquistar… pero que luego lo consigues, en unas condiciones muy difíciles”, confiesa Calleja a Risto cuando le pregunta por esta cima. Esto sucedió justo después de que su hermano falleciera y el aventurero recuerda lo preocupados que estaban sus padres porque acababan de perder a un hijo y otro de ellos se estaba jugando la vida en la montaña.