El día que acabó la guerra civil todos los españoles empezamos a ser más libres. Sin embargo, para el novelista, esa libertad llegó el 23 de febrero de 1981, cuando Tejero entró en el Congreso de los Diputados pegando tiros en el techo.
En el 23F se vivió un momento histórico que nadie olvidará y, para Cercas,"la guerra se acabó ese día, cuando tres tipos se jugaron la vida por la Democracia". Sí, porque que no hubiese ningún herido en ese suceso fue una suerte, pero a partir de ahí ocurrió el milagro que todos los españoles disfrutamos: la Democracia.
Uno de los fundadores de Podemos estaba hablando de la época de la Transición y, además, echando toda la culpa sobre el lado de la derecha. El novelista, muy elegante, le ha dado un zasca: “Hay muchos errores, la culpa la tenemos nosotros, la gente de izquierda y de nuestra generación, que fue entregarle el relato de la transición a la derecha”.
No entiende cómo los políticos pueden decirle a todos sus votantes que el pasado no importa: “Quien dice eso es tonto o un estafador, o las dos cosas a la vez”. “Cuando olvidas el pasado, estás preparado para que se vuelva a repetir, como está pasando en Brexit, Trump, la manifestación catalana, VOX…”. Eso sí, el escritor deja claro que lo que el nacional populismo que vivimos ahora “no es fascismo, es una máscara postmoderna, no tan letal pero que puede ser más peligroso porque no hemos entendido la historia”.
La anécdota de un soldado republicano que no fusiló a Sánchez Mazas
Una historia basada en hechos reales en la que un soldado republicano no dispara a Sánchez Maza, lo mira a los ojos y le salva a la vida por compasión, tras escapar de un fusilamiento, marcó a Javier Cercas. “En una guerra si tú no matas, te matan, y a veces te matan los tuyos por no matar, esto es una escena cargada y cebada de sentido”, explica entusiasmado que éste fue uno de los grandes motivos para hacer su novela ‘Soldados de Salamina’.
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