Itziar Castro y Joan Roca también hablarán de las alegrías y sinsabores que han vivido como actriz de éxito que ha sufrido los condicionamientos de la imagen y como chef que ha conseguido los reconocimientos más importantes en el mundo de la gastronomía, respectivamente.
La vida de Itziar Castro no ha sido fácil. En un mundo condicionado por la imagen, es complicado hacerse un hueco para una actriz alejada de los cánones de belleza establecidos. Su físico, que fue la barrera que encontró en sus inicios, terminó siendo el valor para destacar en la diferencia. “En los últimos años he tenido la suerte de que las cosas han cambiado. Ya no soy la gorda del cine español, sino que también soy actriz para el público. Pero sí que he tenido la fortuna de, que como no había tantos perfiles como el mío, me han llamado”, asegura la intérprete, que también recuerda su dura infancia: “Me han hecho bullying, me han insultado… Me han llegado a insultar en la calle y me han dicho gorda directamente en la cara (…). Y luego me pasaba, por ejemplo, que yo cantaba, enviaba la maqueta para orquestas de verano, donde hay mucho trabajo, y me decían: ‘Oh, muy bien, te convocamos al casting’. Pero luego cuando me veían decían: “Ah bueno… es que no nos encajas”. Y era por el físico, porque las orquestas lo que quieren es minifaldita y bailoteo”.
Joan Roca es el chef del Celler de Can Roca. Junto a sus dos hermanos forma la tercera generación de una reconocida saga dedicada al mundo de la gastronomía. El prestigioso restaurante obtuvo su primera estrella Michelin en 1995; la segunda, en 2002; y la tercera, en 2009. Además, fue número uno del mundo en 2013 y 2015 según la lista ‘The World's 50 Best Restaurants’, una distinción “trascendente en el mundo de la gastronomía, pero que nosotros hemos intentado vivirla siempre con la máxima normalidad y naturalidad posible. Es una historia que hemos construido entre tres hermanos y esta responsabilidad, esta presión, la diluimos al ser tres. Seguimos trabajando y viviendo en el mismo lugar en el que hemos nacido, donde está el Celler de Can Roca, allí empezó todo y allí sigue”, afirma el chef catalán, que en su charla con Risto también repasa algunos de sus elaboraciones más curiosas: “Lo más raro que me viene a la cabeza es cuando un día decidimos destilar tierra de un bosque cercano y con el resultado de la destilación, que era un líquido transparente que arrastraba los aromas volátiles de una tierra húmeda, bañamos una ostra. Era nuestra versión minimalista de un mar y montaña. Era mar y tierra”.
Con la edición del domingo, el programa presentado por Risto Mejide cerrará su octava temporada en Cuatro, en la que ha cosechado una media de 1.356.000 espectadores y un 7,2% de share. En target comercial, su cuota asciende al 9,1% y registra un seguimiento mayoritario en Baleares (9,5%), Madrid (9,3%), Euskadi (9,2%), Murcia (9%), Valencia (7,7%) y Andalucía (7,4%).
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