ETA sembró el terror en Madrid con tres atentados consecutivos durante la mañana del 17 de octubre de 1991. Había estallado la primera bomba y la hermana mayor de Irene dijo que era mejor no salir de casa. La madre comentó que de eso nada, que todos a trabajar y al cole. Camino al coche, Irene se preguntó en voz alta “¿y si nos han puesto una bomba a nosotras?” La madre dijo que eso solo se la ponen a la gente importante y que ellas “no eran nadie”. Minutos más tarde ocurrió el horror.