Cuando ocurrió el atentado hubo un aluvión de chistes (y aún se siguen produciendo). Irene Villa ha crecido con las bromas que hacían alusión a su aspecto físico y admite que no sufre por ello, aunque no quiere que sus hijos los lean. Risto le pone sobre la pantalla algunos de estos chistes y, en especial, los de Guillermo Zapata.