Irene Montero saca el lado bueno de la vigilancia sobre las conductas machistas, pero centra la preocupación en el discurso del "malote" sobre comentar cualquier tema pero evitar la conversación por entender que ser feminista supone no tomárselo bien. La política asegura que existe entre el colectivo masculino un comentario común: "No te vamos a decir nada porque con esto de que sois feministas a ver si me vas a montar un pollo por cualquier cosa que te diga".