Christian Gálvez es un presentador de éxito pero esto no siempre fue así. El experto en Da Vinci le ha contado a Risto Mejide cómo en multitud de ocasiones, y siempre con la compañía y el apoyo de sus padres, volvía a casa tras un casting con un 'no' como respuesta y la sensación de "no servir para ello". Tiempo después todo cambió y comenzó a hacer sus primeros pinitos en un programa de televisión que cuando acabó volvió a sumirle en la peor de las sensaciones: "Vivía esperando que me volvieran a llamar y nunca lo hicieron, por lo que tuve que reciclarme y ponerme a trabajar en una juguetería por 700 euros, la gente me reconocía".