Paniagua quiere tenerlo todo atado con Caronte. Y ahora más cuando ha sabido que Aurelio, Marta y el fiscal han encontrado al chico que robó el arma a Samuel en su casa. Está dispuesto a testificar algo que pondría al comisario entre la espada y la pared con el juez.
La última jugada de Paniagua: secuestrar al hijo de Caronte. Así se asegura de que va a hacer lo que él diga, tiene que declararse culpable del asesinato de Toni. Una vez más la historia se repite. Pero gracias a Aurelio y a Irina, quien le dice dónde podrían tener oculto a Guillermo, el abogado y su amigo deciden presentarse en la nave abandonado.
Es algo muy peligroso, ellos son solo dos, y los rusos estarán armados. No se lo piensan dos veces y entran. Mientras Volkov le ha ordenado a sus hombres que maten al chico porque el comisario quiere que desaparezca el hijo de Caronte.
Cuando están a punto de acabar con la vida de Guillermo, Aurelio y Caronte le encuentran. Saben que si dan un paso en falso, podrían matarle… Lo que no esperaban es que Volkov va dejarle en libertad.